El ganso y el pato son dos tipos de aves que a simple vista pueden confundirse, pero son especies diferentes y su cuidado también varía. Un pato necesita unas atenciones específicas que un ganso no. Igualmente, ambos requieren cuidados más complejos que los que precisa una mascota convencional como suele ser un perro o un gato.
Diferencia entre un ganso y un pato
La diferencia física fundamental entre un ganso y un pato es su tamaño. El ganso es más grande que el pato pero es menor que el cisne. Además, el pico del ganso es más protuberante que el del pato, formando casi un triángulo isósceles perfecto.
Por otro lado, los gansos pertenecen a la subfamilia Anserinae y mantienen el color de sus plumas durante todo el año, mudando su plumaje anualmente. Mantienen a una pareja durante toda la vida y ambos sexos incuban y cuidan a los polluelos.
Por el contrario, los patos pertenecen a la familia Anatidae y durante el invierno el macho tiene un plumaje diferente al de la hembra, entre los dos cambios de puma que realiza al año. Su vínculo de pareja es temporal y solamente la hembra incuba los huevos. Estas pequeñas diferencias provocan algunas variaciones en sus cuidados.
Adquirir un ganso o un pato
Lo primero que se debe saber sobre los patos y los gansos es que son aves sociables que viven en parejas o manadas. Si tu intención es adoptar a uno de estos animales como mascota has de hacerte mínimo con un par.
Existen unas 30 razas de patos diferentes, de plumaje y tamaño distintos. En general todos se pueden criar en casa. Sin embargo, antes de ponerse a la búsqueda de un ganso hay que tener en cuenta las variedades de esta ave que se pueden encontrar. La raza variará según si buscas gansos como animal doméstico o como alimento.
En todo caso, existen razas consideradas agresivas, excelentes guardianas por lo ruidosas que son; y otros más calmados perfectas para criarlo como animal de compañía.
Una vez encontrado el animal apropiado, el traslado a casa es importante, sobre todo el de los gansos. Habrá que hacerlo en un transportín donde no se pueda escapar ya que se alterarán con el viaje. En el caso de que te hayas decantado por un ave un poco más fiero es mejor que lleguen a casa siendo crías, si no, un adulto sabrá adaptarse bien. En este último caso, antes de soltarlo se le cortarán las plumas de la base de las alas con mucho cuidado. Lo mejor es hacerlo entre tres personas para que no salga lastimada el ave ni nosotros mismos.
Por último, al ganso se le ha de enseñar el primer día dónde está el corral y su estanque. Guíalo hacia el agua por la mañana y devuélvelo, si es posible, antes de que anochezca, donde ha de hallar su comida. Al día siguiente deja que encuentre estos lugares solo.
Alimentación
Tanto los gansos como los patos pueden pastar, pero es mejor equilibrar su dieta ya que, por naturaleza, en los estanques complementan su dieta con plantas y peces pequeños que no encontrarán en casa, pero necesitan esa proteína.
Los gansos han de comer una vez al día. Has de colocar el alimento en su corral antes de que oscurezca para que se acostumbre a buscarlo allí. Si cuando terminan de comer dan vueltas significa que siguen hambrientos, habrá que aumentar la ración al igual que si se ven enfermizos y muy delgados. Al contrario, se reducirá si han subido demasiado de peso. Una cría de ganso, se puede alimentar igual que los polluelos de pato.
La alimentación de un pato es más compleja. A los pollitos y patos jóvenes se les alimenta con pallets que contienen entre un 18% y un 20% de proteína durante las tres primeras semanas, ya que estas crías crecen muy rápido y necesitan gran aporte proteico. Transcurrido este tiempo pasarán a un dieta adulta en la que el pienso contiene un 14% de proteínas.
Ocasionalmente puedes ofrecerles frutas y verduras como zanahoria, maíz o vegetales verdes como el pepino. Además, hay que tener en cuenta que a las ponedoras habrá que alimentarlas a partir de primavera con una dieta que contenga un 16% – 17% de proteínas y un 4% de calcio.
Los patos, a diferencia de los gansos, han de comer durante todo el día, excepto por la noche para evitar que aparezcan insectos. Para ambas aves es mejor comprar alimento fresco más veces en pequeñas proporciones para evitar que el mal estado de éste les cause enfermedades. Además, habrá que cambiarles el agua a diario y asegurarse de que está fresca y limpia.
Refugio
Los gansos y los patos necesitan un lugar donde refugiarse del viento y el frío. Los gansos prefieren un cobertizo de tres paredes donde no les alcance la luz solar directa. Los patos, un corral con enrejado y estructura de madera, y una malla en el suelo para la comodidad de sus patas. Ambos han de servir como refugio contra depredadores y se han de mantener limpias y colocar paja fresca.
¿Es necesario tener un estanque?
Ambas son aves acuáticas, son grandes nadadoras y su entorno natural es el agua. Es verdad que el ganso es capaz de vivir sin embalse, pero lo prefiere. En el caso de los patos es más importante porque han de lavarse y regular su temperatura en agua, necesitan mantenerse a unos 13ºC constantemente. Es por eso que, si es posible, se recomienda meterlos en casa en momentos de extremo frío o calor. Sin embargo, una piscina para niños hinchable puede ser un buen sustituto y evita tener que crear un estanque en casa.
Por lo tanto, antes de adquirir un ganso o un pato hay que tener en cuenta los múltiples cuidados básicos que exigen para proporcionarles una vida agradable. Evidentemente, estas aves son totalmente incompatibles con la vida en un apartamento o cualquier vivienda con pocos metros cuadrados de jardín. Asegúrate de poder cubrir todas las necesidades del animal antes de hacerte con uno.