Cuando nuestro perro se hace mayor, los dueños podemos llegar a detectar síntomas extraños que nunca jamás habíamos advertido en ellos. La desorientación, un ladrido excesivo y la falta de atención, pueden ser señales de que la cabeza de nuestra mascota no funciona como debería ya.
Y es que, al igual que sucede con las personas cuando envejecen, los perros cuando se hacen mayores cambian su comportamiento y comienzan a perder capacidades cognitivas. Además, con la mayor esperanza de vida de la que disfrutan desde hace años, los perros pueden tener tendencia a adquirir otro tipo de disfunción, muy semejante a la demencia senil o el alzhéimer en los humanos.
La disfunción cognitiva o la demencia senil en el perro
El ritmo al que envejece un can, variará sobremanera dependiendo de distintos factores, especialmente de su tamaño. De hecho, un perro de un tamaño más grande, suele alcanzar la madurez de forma más lenta que uno que sea pequeño, pero luego, pasará al contrario y un perro pequeño envejecerá más tarde que uno más grande.
Por ejemplo, diríamos que un perro de raza San Bernardo empieza a notar los primeros signos de vejez a los 6 años y un perro pequeño de raza Yorshire, a los 8 años.
Problema de conducta al envejecer
Casi todas las dificultades que presenta nuestro perro al envejecer tienen que ver con la pérdida de capacidades corporales, tales como: problemas cardíacos, problemas articulares (como la artrosis) o disminución del oído o la visión.
A esto, se le añade otro órgano que envejece al mismo ritmo: el cerebro. Y la degeneración del sistema nervioso central puede llevar a ciertos comportamientos seniles derivados de esta disfunción cognitiva:
- Ansiedad. Pueden aparecer algunos brotes de nerviosismo y ansiedad que nunca antes había manifestado.
- Deambular sin rumbo. Es decir, que podemos observar como nuestro perro deambula por casa sin ninguna dirección u objetivo aparente.
- Desorientación. Puede que no sepa dónde se encuentran sus lugares habituales, como su cama o su taza de la comida o del agua.
- Ladridos excesivos. También puede relacionarse con la sordera, aunque se trata de un síntoma bastante común en la demencia senil en el perro.
¿Sabías que existía la demencia senil en el perro? ¿Has advertido alguno de estos síntomas en tu mascota alguna vez?